Comienza la vendimia, el punto culminante de un trabajo de todo el año.
A diferencia de otros lugares del mundo, en España, el periodo de recolección de las uvas se puede prolongar desde agosto, para las uvas muy tempranas, hasta el mes de octubre. Una tarea que viene marcada por el enólogo, la persona encargada, entre otras funciones, de dar el pistoletazo de salida a la vendimia, y no será por una cuestión aleatoria o de sensaciones, el comienzo de la recogida de uvas tiene una base científica y el estudio de su maduración y las relaciones porcentuales entre azúcares (relacionado con el grado alcohólico) y ácidos (responsables de la conservación del vino) determinarán cuando ha llegado ese momento crucial.
La elaboración del vino no es una labor puntual y ni mucho menos se limita a la vendimia. Detrás de todo ello tenemos un proceso largo que se extiende durante todo el año. Durante el invierno, pese a que entramos en un proceso de reposo para la vid, el trabajo sigue, y lo hace con un proceso de poda continua al viñedo, se aprovecha para abonar y se espera a que estos troncos pelados comiencen su germinación.