El carácter inconfundible de los malagueños reflejado en una fiesta única.
La Semana Santa en Málaga es muy diferente a la que se celebra en otros lugares andaluces o españoles, y quienes vayan a Málaga por primera vez se sorprenderán, ya que la Semana de la Pasión allí no se vive con meditación y silencio, sino que está llena de devoción, alegría, saetas espontáneas (versos flamencos cantados en las procesiones) y aplausos al pasar las imágenes.
La Semana de la Pasión en Málaga saca a las calles una auténtica fiesta perceptible por los cinco sentidos: tronos procesionales portando imágenes que se balancean a lo largo de todo el recorrido, miles de penitentes encendiendo y dando color con sus velas y mantos, marchas procesionales, además de aromas de incienso y flores llenando el aire mientras pasan las procesiones y miles de personas se agolpan para ver y aplaudir sus tronos favoritos.
El gusto barroco de las cofradías y asociaciones religiosas y la gran cantidad de materiales procesionales que acumulan desde hace siglos dan como resultado un escenario callejero de arte exuberante, lleno de color y majestuosidad.